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miércoles, 29 de junio de 2011

Triatló de Puigcerdà 2011

Este triatlón es uno de mis triatlones favoritos, uno de los pocos de estas distancias que cuentan con un puerto como el de la collada de tossa, y que te ponen al límite como ningún otro. Mi estado de forma previo a la prueba seguía pendiente de la carrera a pie, así que era consciente que el tramo ciclista sería clave para mi.

Durante el reconocimiento el día anterior y para añadir leña al asunto, surgieron problemas con mi desviador delantero (no podía bajar la cadena al plato pequeño), y me confirmaban en la tienda de Puigcerdà que tenía que cambiarlo y que no estaría listo para la prueba con lo que descarté esta opción. Gracias a un buen toque de aceite y algunos ajustes conseguía cambiar de plato si no ejercía mucha tensión en la cadena, así que tocaba cruzar los dedos y mantener la calma durante la prueba.


De esta forma me planto en el muelle de donde se daría la salida. Al sonar el bocinazo y saltar a las frías aguas del lago donde se hacía la prueba, se me cae un triatleta encima (literalmente) dándome un buen gancho de izquierda que descoloca totalmente mis gafas de natación, dejándome prácticamente sin visión, ya que se me llenaron de agua. Debido a este hecho voy a ciegas todo el primer tramo hasta la primera boya, donde me propinan una buena somanta de palos.  Parece ser que me los podría haber ahorrado ya que luego me enteré que un buen grupo de triatletas se la saltó.

Salida de la prueba, en el lago de Puigcerdà


Al pasar el puente decido que ya tengo suficiente de ir a ciegas y me aparto a un lado donde me paro para recolocarme mis gafas y afrontar el resto de la prueba en unas condiciones aceptables.  Fue una decisión de la que no me arrepiento pero que causó que perdiera un buen grupo, el cual tengo a vista durante todo el tramo ya que me encontré liderando el siguiente que venía en su persecución (donde se encontraba gente como Antolí, Jordi Campos, Victor Dobaño de mi club, y Albert Sala antinguo compañero en la selección de Pentatlon y con quien tengo una rivalidad ancestral jeje), salgo del agua 17º en 9'25".

La natación no fue mala en si, a pesar de todo lo que me había pasado, lo que sí que fue mal fue la T1, que fue desastrosa debido a un nuevo error de novato (o también llamados errores "made in Edmon"), que fue el no sacarme la parte superior del neopreno justo al salir del agua, con lo cual no había forma de sacarlo luego. El hecho es que me encontré en la recta previa a la collada en tierra de nadie persiguiendo en solitario un grupo en el que distinguía a Victor Dobaño, Albert Sala y Jordi Campos (gente que había salido conmigo del agua), debido a ese tiempo perdido en la transición.

Consigo mantener la distancia pero no acortarla, así que miro hacía atrás y distingo a un triatleta que viene como una bala, así que aprieto los dientes para ponerme a rueda y damos caza al grupo justo antes de la primera pendiente de la collada y con las piernas bien calentitas.  La primera subida la tengo que hacer con el plato grande debido a los problemas con el desviador, pero en el llano que venía a continuación consigo cambiar, con lo que afronto más tranquilo el resto de la subida.  En los siguientes instantes me adelanta Rubén Barrio y me pongo a su rueda, pero poco a poco me voy sintiendo más cómodo y finalmente me pongo a tirar del grupo cazando a muchos triatletas como Jordi Arias, y dejando atrás a algunos rivales, como Victor Dobaño, Carlos Mir y Albert Sala.  Durante el descenso, tampoco descansamos porque bajamos como un tiro para dar caza a un grupo donde se encontraban Antolí y Jordi Campos, al que damos caza justo antes de acabar de bajar el puerto.


Durante la recta previa al final, me encuentro muy satisfecho y sorprendido de mi rendimiento hasta el momento, ya que el año pasado era impensable haber hecho lo que había realizado sobre las dos ruedas, debido a que nunca había practicado el ciclismo antes. Lo que no sabía aún es que tantos esfuerzos me iban a pasar factura.  El primer aviso vino en la subida previa a la T2, donde lo paso bastante mal.  Ahí cometo mi segundo error transicioneando del día, ya que el año pasado la zona de pie a tierra esta prácticamente a continuación de este repecho y este año estaba más lejos, con lo que me descuelgo del grupo para sacarme las zapatillas antes de tiempo.  Concluyo el tramo ciclista haciendo un tiempo de 34'56" que resultó ser el 25º mejor tiempo, teniendo en cuenta que se cuentan los dos errores en la T1 y la T2, está más que bien.

Subiendo el último repecho antes de la transición, foto subida gracias a FisioRutPujol vía facebook
Si en Manresa dije que mis piernas no estaban por la labor de correr, aquí en Puigcerdà directamente chillaban para parar, con estas sensaciones empecé corriendo y con estas acabé hasta el final, me sentía como un saco de patatas con patas.  Sólo una cosa me mantenía motivado, y es mi pique con Albert Sala, ya que aún no había conseguido superarlo nunca en distancia sprint y era conciente que había abierto hueco durante el trampo ciclista y que tenía posibilidades de superarlo. A mitad de recorrido constato que mi distancia con Albert va a ser muy justa para llegar antes que él a meta, así que después de luchar y sufrir un montón, justo en el tramo final soy superado totalmente incapaz de cambiar el ritmo, finalizando en la posición 25 en la general marcando un crono de 18'24" que fue el 61º mejor tiempo del día, cosa que constata mi petada y mi bajo nivel actual de carrera en estos momentos.

Finalizando la prueba


Acabé bastante satisfecho a pesar de todo de mi rendimiento, consciente que los fallos en las transiciones, sabiendo que ahora lo que hay que hacer es que seguir trabajando para poder recuperar mi nivel corriendo. Finalmente agradecer a Albert Puig (antiguo compañero de pentatlon también) y su familia por su hospitalidad durante todo el fin de semana, durante el cual me lo pasé muy bien.

Albert, Alfons, Laia y yo después de la prueba.

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